Alicante, 4 de Junio de 2022 – Thais Peñalver
«Los alimentos son como una flota transatlántica que entra en el estómago: algunos pasajeros van de turismo (como los potenciadores del sabor), pero el resto va a trabajar (vitaminas, proteínas, grasas…)». Con esta comparación ha roto el hielo de su ponencia La alimentación: claves para vivir más y mejor el Dr. Antonio Escribano, catedrático de universidad, Premio Nacional de Medicina Deportiva y especialista en Endocrinología y Nutrición. La charla se ha enmarcado dentro de la jornada La cadena agroalimentaria valenciana: un sector esencial, organizada por Alicante Plaza y patrocinada por el Cercle Agroalimentari el viernes 3 de junio en el edificio Regus (Business World Alicante). Un diálogo en el que también ha participado Isaura Navarro, secretaria autonómica de Salud Pública y Sistema Sanitario Público.
En su ponencia, el doctor ha puesto el acento en la importancia de ser consciente de lo que se come, saber qué aporta ese alimento al organismo, de dónde proviene, etc. «Una dieta equilibrada se consigue, primero, pensando un poco. Es lo que se llama alimentación razonada. La gente sabe los gigas de los iphones que se compra, pero no qué tiene lo que se come. La gente ni siquiera se guía ya por el sabor, sino por la pinta; come por los sentidos, por la percepción, por ciertos factores hedónicos, ¿pero dónde queda la salud?», ha lanzado la pregunta.
Dentro de esta incultura de la alimentación, Escribano ha señalado que «hay que enseñar a la gente que comprar alimentos es invertir en salud» y ha destacado que el futuro de la producción y distribución de alimentos pasa por tres claves: salud («los alimentos se deberían vender con un código QR o un prospecto, como los fármacos»), sostenibilidad (en salud y ambiente) e innovación (en recetas, en gastronomía).
A lo largo de la vida de una persona, esta bebe una media de 100.000 litros de agua y 70.000 kg de alimentos, de los que unos 67.000 se quedan en el organismo y los otros 3.000 se eliminan en forma de residuos. «Meter la pata con esas 70 toneladas condiciona nuestro futuro», ha advertido el especialista en Endocrinología y Nutrición. Y es que en esos 70.000 todo afecta a corto o a largo plazo, de forma favorable o negativa. «De ellos dependen la salud, longevidad, enfermedad, calidad de vida, sistema inmunológico, estado de ánimo, rendimiento laboral, rendimiento intelectual, longevidad cerebral activa y el futuro propio y ajeno».
Dentro de este debate de alimentación y salud, Isaura Navarro ha coincidido con el doctor en que falta información sobre la alimentación saludable y ha trasladado la preocupación del área de Salud Pública de la Generalitat sobre qué está pasando con la dieta mediterránea: «El instrumento que tenemos para cambiar los hábitos de alimentación es la legislación. Dentro del decreto de alimentación saludable y sostenible en el que estamos trabajando, se busca volver a la dieta mediterránea, porque seguimos pensando que tenemos una dieta mediterránea, pero la realidad es que la hemos abandonado«, ha asegurado.
En este sentido, la secretaria autonómica ha insistido en recordar a la gente «cuáles son nuestros productos de temporada y de proximidad». Y ha puesto el foco en mejorar los menús de los «consumidores cautivos», que son aquellas personas que no pueden elegir qué comer: «Tenemos que garantizar que los menús en los hospitales, residencias y centros educativas sean saludables, equilibrados y medioambientalmente sostenibles». Al hilo, ha adelantado que el decreto incorporará que en los centros educativos no se pueden vender chucherías ni bebidas azucaradas, «educando desde las escuelas, universidades y demás centros formativos públicos para que eso no se consuma».
En otro orden de necesidades, Navarro ha reconocido que hacen falta más nutricionistas en el sistema de salud público y se está trabajando en ello. Y ha sido Escolano quien ha matizado que no tanto nutricionistas, sino endocrinólogos. Además, ha defendido que «la alimentación es bioquímica, no filosofía ni ideología» y ha aportado datos para enfatizar -más si cabe- la importancia de una alimentación saludable, pues un 30 % del cáncer detectado lo genera una alimentación deficiente y los pacientes que ingresaban por covid-19 que tenían la vitamina D alta salían mejor del hospital que quienes la tenían baja.
Para concluir las jornadas, han tomado la palabra: Juan José Sellés, vicepresidente de la CEV; Roger Llanes, secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, y Carlos Mazón, presidente de la Diputación de Alicante. Ha sido Sellés quien ha subrayado que el sector agroalimentario supone el 6 % del PIB y el 12 % del empleo. Además, ha reclamado que se tenga en cuenta en la cadena agroalimentaria al pequeño comercio, como negocio al que acude ese nuevo consumidor especializado que reclama productos diferentes y únicos.
Llanes, por su parte, ha reivindicado el papel de la sistema de producción de regadío, especialmente, en la provincia de Alicante, capaz de protagonizar buenas producciones y de calidad, pese a los problemas hídricos que acarrea la zona. Pese a ello, el secretario autonómico ha reivindicado la vigencia del Tajo-Segura y el nuevo impulso del Júcar-Vinalopó para que el campo pueda mantener sus niveles de producción.
Por último, ha clausurado el acto del presidente de la Diputación de Alicante. Carlos Mazón ha lamentado la corrupción del lenguaje sobre determinados términos que afectan a los recursos hídricos de la provincia de Alicante. Así, Mazón ha dicho que si hay que garantizar los caudales ecológicos -en referencia a los nuevos baremos que reclama la Mancha para el Tajo-, eso también se debe hacer para la parte baja de la cuenca, en este caso, el Segura; también ha cuestionado que se quiera poner fin a la extracción de agua de los acuíferos, algo que se ha hecho toda la vida y, por último, ha lamentado que el Júcar-Vinalopó no tenga más garantía de trasvases más allá del 30 de diciembre de 2023. El titular de la institución provincial ha reivindicado el producto de Alicante y ha recomendado su consumo, que si fuera del 5 %, como refleja un estudio de Ineca, generaría muchos puestos de trabajo en los diferentes sectores.